Vermont lawmakers are at loggerheads over a measure that would establish a cap on the level of THC in solid cannabis concentrates sold at the state’s regulated cannabis retailers.
Local publication VTDigger has the background, reporting that members of the Vermont state Senate “bristled Friday at a last-minute change to a key cannabis bill during a House vote Thursday—and speculated as to why the Vermont Department of Health abruptly reversed its recommendation to lawmakers on the measure last week.”
Members of the House “on Thursday imposed a 60% cap on the level of tetrahydrocannabinol, or THC, in solid cannabis concentrates to be sold at retail establishments when they open in October,” according to VTDigger.
“They held the damn thing for over a week and a half and then come up with this,” said Democratic state Senator Dick Sears, as quoted by VTDigger. “There isn’t much time to call for a conference committee.”
Sears said he was “frustrated” with Democratic state House Representative John Gannon, who proposed the amendment imposing a 60% cap.
Sears and other lawmakers contend that caps are counterproductive and will only prompt customers to seek products elsewhere––be it on the illicit market or in neighboring states with adult-use cannabis sales.
Calling the measure passed by the House a “stupid decision,” Sears said that Vermont continues “to invite people to go out of state.”
“It gives the illicit market a monopoly on supplying the demand for these products,” Vermont Cannabis Control Board chair James Pepper told a state House committee during a hearing, as quoted by VTDigger.
“There is a very broad consensus among regulators that caps are a bad idea,” Pepper told the publication. “A black market will fill this gap. They’ll do so using very dangerous products.”
Amid the back-and-forth among lawmakers has been a series of inconsistent guidance on the issue from Vermont’s Department of Health.
VTDigger reported that the department’s senior policy and legal adviser, David Englander, told members of a state House committee late last month that the department agreed with the Cannabis Control Board in opposing the cap.
“The primary reason is that there is a likely significant market for high THC concentrates, and it is more dangerous for people to buy unregulated versions of these products as opposed to buying products that are regulated and tested in accordance with Board rules. Regulating instead of banning THC substances is in line with one of the purposes of creating a regulated market as envisioned by the General Assembly,” Englander said in a letter to the committee.
“In addition, a complete ban on concentrates above 60% requires manufacturers to keep products below that limit at all times during the manufacturing process. Doing so will require the addition of additives to dilute the product down to a 60% concentrate or below. You may recall that there were recent illnesses and deaths that appeared to be associated with the ingestion of such additives.”
But the very next day, Englander pulled a 180, telling lawmakers that, upon “further consideration, with the lens of prevention and safety as the cornerstone for the coming adult use market in Vermont, the Department does not concur with the lifting of the THC limit and maintains that a foundational component of the original legislation remain in place.”
“The risk to users of high levels of THC are significant and we should not risk contributing to the known risks to consumers physical and mental health,” Englander said. “My communication of yesterday to you was based on incomplete information. All errors are mine, and please accept my apologies to you and the committee.”
Pocas semanas atrás el vicepresidente de Honduras, Salvador Nasralla, revolucionó a la opinión pública con la propuesta de legalizar el cultivo de cannabis.
El video, grabado en modo selfie desde una embarcación, generó repercusión en la prensa de todo el mundo.
El Planteo entrevistó en exclusiva al mandatario hondureño para saber más de este proyecto que busca “generar 85.000 empleos” en un país de 10 millones de habitantes en el que más de 1 millón están desempleados.
—¿En qué consiste su idea de legalizar el cultivo de cannabis para uso medicinal en su país?
—Primero lo que yo planteo es un proyecto para generar empleo y para generar divisas para el país. No estoy pensando en que se legalice la marihuana, ni tampoco la parte medicinal. Son simplemente dos objetivos: generar empleo, porque -por ejemplo- 5.000 hectáreas generan 85.000 empleos y nosotros tenemos un déficit de medio millón de desempleados. Aparte de eso es un negocio millonario, porque los países que estamos cerca de la línea del Ecuador, tenemos sol todo el año, tenemos una excelente iluminación. Entonces, el costo de producción es bajo, es tan bajo que producir un gramo cuesta 15 centavos de dólar y producir el mismo gramo en Europa o en Estados Unidos cuesta arriba de 1 dólar. La diferencia es 7 veces lo que cuesta aquí, gracias a que nosotros tenemos 13 horas de luz solar y cuando menos tenemos luz solar baja a 11 horas a diferencia de otros países, que son de clima templado, que durante gran parte del año no tienen esa ventaja. Entonces los costos de producción son bajos y yo me baso fundamentalmente en esas dos cosas: no pretendo que el producto se consuma en Honduras, si no que únicamente se hagan viveros o fincas de producción controladas, debidamente resguardadas para exportación. En ningún caso que el producto se quede en Honduras, que solamente se utilice para cultivarlo y si se quiere procesar en las mismas fábricas.
—¿Ya se está trabajando en un proyecto firme y serio para llevarlo adelante?
—Yo soy solamente el primer vicepresidente, la política de la presidenta es que eso no corresponde. Entonces yo voy a presentar el proyecto para que sea conocido, porque estoy seguro que dentro de un par de años habrá países muy cercanos como Panamá, Costa Rica y Guatemala -que ya iniciaron con esos proyectos- que van a tener importantes ganancias y que, además, van a generar empleo. De ser así, nosotros nos vamos a encontrar con una gran desventaja por el hecho de no haber considerado este proyecto, que es parte de la solución que necesita Honduras. Aquí hay muchas empresas que se pueden instalar que generen 200 0 500 empleos y eso es mucho pero una que te pueda generar 5.000 hectáreas que perfectamente podrían ser 10.000, porque tenemos muchos terrenos que no son adecuadamente utilizados, entonces eso puede generar una cantidad importante de empleo.
—¿De qué modo intervendría el Estado en este caso?
—Hay dos posibilidades: si el Estado quiere ganar dinero o si el estado simplemente quiere prestar su tierra. Se han comunicado conmigo, a raíz de esta idea, personas de otros países que están dispuestas a invertir todo el dinero, de manera que Honduras no gaste nada. Todo sería controlado por empresas extranjeras, incluso la mano de obra necesaria para la seguridad, para evitar que el producto se consuma en Honduras o salga de las fábricas, tienen que ser fábricas bien custodiadas, como existen todas las fábricas puede estar perfectamente custodiadas y en ese costo bajísimo de 15 centavos, está incluido la custodia de ese producto. Incluso ese producto uno lo puede exportar en bruto, la flor seca o se puede poner dentro de los mismos lugares, las fábricas para procesarlo y convertirlo en el aceite, en el ungüento y en las diferentes formas medicinales, pero en Honduras yo no aspiraría a que ese producto fuera consumido localmente, porque para eso necesitaríamos convencer a un montón de gente que tiene prejuicios al respecto.
El señor de la televisión
Con orígenes palestinos, Salvador Alejandro César Nasralla Salumn es, desde el 27 de enero de 2022, el primer designado presidencial de la República de Honduras.
En su país es una de las personas más famosas ya que hace más de 40 años que está en los medios. Sus programas 5 Deportivo y X-0 da Dinero, le valieron el apodo de “El señor de la televisión”.
Su incursión en política comenzó en 2011, como candidato presidencial en las elecciones de 2013 por el Partido Anticorrupción (PAC), co-fundado por él.
Fue candidato presidencial por la Alianza de Oposición contra la Dictadura, conformada por el Partido Libertad y Refundación (Libre) y el Partido Innovación y Unidad (PINU-SD), durante las elecciones de 2017.
Para las elecciones de 2021 fundó el Partido Salvador de Honduras (PSH) y fue candidato presidencial por la Unión Nacional Opositora de Honduras (UNOH) conformada por ese partido y el PINU pero en octubre de ese año renunció y aceptó ser candidato a primer designado presidencial por Libre, quien llevó como candidata a Xiomara Castro, actual presidenta de Honduras.
“La mayor parte de la gente que me sigue a mí, es gente relativamente joven menor de 40 años, la gente mayor de 40 años probablemente sea el núcleo mayoritario que no está de acuerdo con esto del cannabis, pero en muchos casos no están de acuerdo porque no tienen el conocimiento para entender lo que estoy diciendo”, dice Nasralla a El Planteo.
El vicepresidente insiste: “No ando buscando que el producto se venda en Honduras” y considera que “tiene que seguir siendo castigada la distribución y el consumo en Honduras del cannabis, en cualquiera de sus formas, lo único que quiero es lugares controlados de nuestra tierra para producirla y se quiere convertirla en producto medicinal aquí, pues se hace, pero en ningún caso el producto tiene que entrar a tierra”.
—¿Hay mucho prejuicio respecto del consumo de cannabis en Honduras?
—Sí, porque como el país está saliendo en este momento con una marca de país de narcotraficantes, porque el expresidente, que acaba de ser extraditado a Estados Unidos, era el jefe del narcotráfico, un narcotráfico un poco más poderoso que el de la cocaína, que comparado con el consumo de la marihuana no es tan importante.
—¿Cómo hará para convencer entonces a ese grueso de la población hondureña que cree que su propuesta es “cultivar y vender droga”?
—El cannabis que se utiliza para medicina no tiene la cantidad de alucinógeno que tiene la marihuana en bruto, pero la gente piensa que es una droga, la gente que la ha necesitado y la ha utilizado para quimioterapia o para calmar el dolor, diferentes tipos de dolor, la considera una bendición pero la mayor parte de la gente, porque no ha tenido información sobre esto, se ha mantenido como un tema tabú. Entonces, no sabe cuáles son las utilidades. He platicado con gente que está metida en este negocio, que llegó al negocio porque la empezó a probar a cambio de quimioterapia y así salvó su vida. Pero países como el nuestro somos bastantes conservadores y el impacto causado por el narcotráfico, las toneladas de cocaína que pasan por Honduras mensualmente, que siguen pasando y seguirán pasando seguramente, porque el mercado que la necesita sigue estando. Lo mismo pasa con la marihuana, ahí en Europa y en Estados Unidos, millones y millones de habitantes que la consumen, en su estado natural y, por supuesto, en su estado medicinal.
—Para que su propuesta sea una realidad y deje de ser una buena idea, ¿cuáles son los pasos que tienen que darse para que se legalice el cultivo de cannabis con este fin?
—Si no existe la voluntad política de parte de la gobernante que es la que toma las decisiones, el proyecto no se va a llevar a cabo. Entonces va a quedar como una buena idea y nada más. Pero sí es importante y nuestra gente -en su mayoría la gente que está con problemas porque en Honduras es muy difícil conseguir trabajo, hay un hambre tremenda- la gente tiene necesidades para comer, no tiene acceso a la educación, no tiene acceso a la medicina, somos en ese aspecto en el índice de calidad humana uno de los 3 peores países de América, quizás el peor solo comparado con Haití. Entonces creo que esa posición en el índice de calidad de vida que tenemos nosotros nos debe hacer reflexionar para analizar los números porque el asunto aquí es que los números favorecen para que Costa Rica, Guatemala, Panamá, Honduras al igual que lo hace Colombia la produzcan.
—Tratándose de un proyecto con el que piensa generar más de 85 mil puestos de trabajo entonces debería tener un apoyo unánime a pesar de que se trate de cultivar cannabis.
—Siempre cuando me entrevistan y me preguntan si yo quiero legalizar el cannabis, digo yo no quiero legalizar el cannabis, yo no quiero que Honduras la consuma, ni la distribuya localmente. Honduras tiene que utilizar su terreno para tener beneficios económicos y generar empleo que es la máxima necesidad que hoy tiene el país. Tenemos un millón de personas que no trabajan, entonces cualquier ayuda, porque no vamos a eliminar el desempleo con una empresa de 200 y otra 100, hay que poner a trabajar prácticamente a todo el país generando 2 o 3 empleos en forma masiva para eliminar, en gran parte, el desempleo.
—¿El cáñamo no es una opción también para Honduras teniendo el clima que ustedes tienen y sus posibilidades de terreno?
—También, claro, si el cáñamo es de la misma familia. Entonces, si no se logra la producción de cannabis, hay que ver también si el cáñamo tiene tanta demanda internacional como tiene el cannabis. También se puede contemplar, al final es prácticamente la misma planta para producir cáñamo y se puede tomar en cuenta. Hay que hacer el estudio y ver cuál de los productos se adapta a la idiosincrasia que nos permita salir del subdesarrollo porque se estima que Colombia va a tener en 2025 ganancias de 5 mil millones de dólares. Son cantidades súper importantes para un solo rubro, aparte de la generación de empleo.
—¿La falta de trabajo es el principal motivo de inmigración en Honduras?
—Tenemos 2 millones de personas viviendo afuera, de los 9 millones de habitantes, hay 2 millones que viven entre Estados Unidos y España y se han ido porque aquí no hay oportunidades de trabajo. Si hay una oportunidad de trabajo que paga bien y que además le permite al país ganar divisas, claro esto no va a ser bien aceptado por los organismos internacionales que prestan dinero, normalmente los organismos internacionales que prestan dinero quieren tener a quien prestarle dinero.
—¿Cuál es la tasa de desempleo en Honduras?
—Hay un empleo disfrazado de personas que sacan sus cositas de la casa y las van a vender a la calle o que van y compran 3 o 4 cosas en un distribuidor que vende a precio mayoritario y las venden y entonces hacen 4 pesos al día, 4 dólares al día y viven con esos 4 dólares y ponen a trabajar al hijo y a la hija o en muchos casos se llega incluso a prostitución. Cualquier dato oficial que demos no corresponde a la realidad, pero los datos oficiales dicen que son 350 mil personas desempleadas total y otras 350 mil personas que tienen un empleo informal. Sinceramente dudo de esos datos. Creo que, por lo menos, tenemos un millón de personas desempleadas.
—¿Cómo obtienen un plato de comida aquellas personas que no generan ningún tipo de ingreso?
—Siempre se come porque hay alguien que lleva algo de comer a la casa. Entonces se comen un banano, un coco, una fruta que recogen por ahí, algo que regalan y, sobretodo, el hecho de que a Honduras ingresan más de 25 millones de dólares diarios por remesas, o sea dólares que mandan, porque hay más de 1.800.000 hondureños en Estados Unidos, aunque las estadísticas oficiales dicen que solo hay 1 millón. Hay un millón oficiales y hay 800.000 que están ilegales y que se fueron en los últimos 10 años. Esa gente manda en total un mínimo de 25 millones de dólares diarios y con esa plata se come, se compran cositas no para vivir bien pero para poder pasar la vida sin acceso a la medicina, sin acceso a la educación. Por lo menos se come y se consigue un techo para compartir.
—O sea que la dependencia de lo que se genera en Estados Unidos es fundamental.
—Esa calidad de vida que existe en Honduras si no tuviéramos la gente que vive en Estados Unidos, los hondureños que escaparon y que mandan esos dólares, prácticamente tendríamos una economía 0 porque lo que se produce localmente ha disminuido. La inversión bajó en los últimos años a la quinta parte, tanto en la inversión nacional, como en la internacional. O sea que el país está económicamente muy deprimido, entonces se necesita un impulso fuerte y en eso estamos trabajando con el nuevo gobierno para crear una seguridad jurídica que haga que los inversionistas tengan la confianza de invertir aquí. Esa confianza que tenían antes, hace 20 o 30 años atrás.
Mirá el video de nuestra entrevista con el vicepresidente de Honduras:
Ground Game Texas held a press event on May 25, announcing that the group has collected enough signatures to qualify for the November 2022 ballot. Only 1,000 valid signatures were necessary, but the group collected over 2,400 signatures for submission.
Ground Game Texas was founded in 2021 and seeks to organize and educate Texas communities to fight for issues such as increased minimum wages, Medicaid expansion plans, and cannabis legalization, to name a few. A part of their mission is to consistently inform voters of these issues year-round, and to avoid taking “off-years.”
Executive Director and Co-founder of Ground Game Texas, Julie Oliver, released a statement about the initiative, which is called the Killeen Freedom Act of 2022. “In a quickly growing and thriving community like Killeen, there’s no excuse for the continued over-policing and incarceration of community members for marijuana use,” Oliver said. “On the heels of voters approving our similar initiative in Austin last week, we’re proud to give Killeen voters the same opportunity to end enforcement of marijuana offenses–which disproportionally hurts diverse communities like Killeen.” If passed, this particular initiative would decriminalize cannabis in Killeen, a central Texas town located north of Austin, which no longer allows police to issue class A or class B misdemeanors for cannabis possession.
On May 9, the organization shared that voters in Austin passed Proposition A (also called the Austin Freedom Act) with 85.80% “yes” vote, which decriminalizes cannabis and also prohibits no-knock warrants. “I want to stress that this *would not have happened* if volunteers working in an ‘off year’ hadn’t grabbed clipboards and hit the pavement to gather the 20,000 signatures it took to put this up for a vote,” Oliver stated about the organization’s constant advocacy, according to the Austin Chronicle.
Ground Game Texas is also targeting other local cities of Harker Heights, San Marcos, and Denton for cannabis decriminalization measures as well, with a total of 10 ballot campaigns that the organization is working on.
A new Texas poll, as reported by The Dallas Morning Newsin May, states that 83% of Texans want to legalize medical cannabis and 60% want to legalize adult-use consumption. Texas Gov. Greg Abbott has previously announced his support of reducing penalties for possession, but not legalization. “Marijuana is now a Class C misdemeanor in the state of Texas and so one thing that that I believe in—and I believe the state legislature believes in—and that is prison and jail is a place for dangerous criminals who may harm others, and small possession of marijuana is not the type of violation that we want to stockpile jails with,” Abbott said in January.
Last June, Abbott signed House Bill 1535 to expand the state’s medical cannabis program, which went into effect in September 2021. Now, patients who suffer from post-traumatic stress disorder or all types of cancer can seek relief through the Texas Compassionate Use Program. The program already included qualifying conditions such as intractable epilepsy, Parkinson’s disease, multiple sclerosis, ALS, terminal cancer, autism, and seizure disorders.
However, medical cannabis advocates shared their disappointment in the state’s limitations. Heather Fazio, director of Texans for Responsible Marijuana Policy, expressed the need for more support. “While we are glad to see the Compassionate Use Program being expanded, it’s disappointing to see Texas inching forward while other states, like Alabama, for example, are moving forward with real medical cannabis programs,” said Fazio. “It’s doing so little, and we wish [lawmakers] were doing more.”
The perpetual myth that dispensaries are selling weed to minors refuses to die, but evidence shows this isn’t the case in California. Instead, adult-use dispensaries in the state are proving the system works by checking IDs as required by state law.
A new study disproves the theory that dispensaries make it easier for teens to get cannabis. Researchers sent out undercover patrons who looked underage to 50 randomly selected dispensaries in California to see if they could get weed without first furnishing an ID, as required. All dispensaries involved passed the test, which researchers admitted was “somewhat surprising.”
In California, people 18-20 with a doctor’s recommendation and any adult 21 and over can purchase cannabis.
The study, entitled “What is the likelihood that underage youth can obtain marijuana from licensed recreational marijuana outlets in California, a state where recreational marijuana is legal?” was published in the Journal of Safety Research and made available online on May 18.
“It appears that licensed recreational marijuana outlets in California are checking young patrons for identification of their age,” said the researchers involved in the study. “Therefore, it is unlikely that youth are purchasing marijuana directly from these outlets. It is more likely they are using other sources, such as asking an adult to purchase it for them, obtaining it from older friends or siblings, and using it at parties where the marijuana use might be shared. These sources will be difficult to monitor and control.”
According to NORML, in California, “sale or delivery of any amount of marijuana by someone who does not possess a state licensed permit is a misdemeanor punishable by up to six months in jail and a $500 fine.”
The data supports previous studies showing that Colorado and Washington also check patrons for their IDs to ensure that they are old enough.
“It was somewhat surprising that there was 100% compliance with the ID policy to keep underage patrons from purchasing marijuana directly from licensed outlets,” researchers continued. “However, that was consistent with what was observed in two other states, Washington and Colorado. One factor may be that underage youth are not allowed into the outlets—that is typically not the case at the state level for alcohol outlets.”
During 2020, youth cannabis use dropped—not increased—according to recent data. A recent survey from The Substance Abuse and Mental Health Services Administration (SAMHSA) showed that teen past-year cannabis use dropped around 3%.
Another research study published in Substance Use and Addiction arrived with similar results, finding that youth cannabis use did not increase, even as states legalized the plant. Several more studies arrived at similar conclusions, finding no changes or a decrease in teen or youth cannabis use as states legalize cannabis.
The theory is that by regulating cannabis in dispensaries, fewer teens and youth would be able to get their hands on cannabis from a dealer on the street. This would be the case even more if legal dispensaries that charge taxes didn’t have to compete with cheaper prices off the street.
The argument that dispensaries are somehow selling to kids is persistent in a number of states.
Benjamin M. Adams is Staff Writer at High Times, and has written for Vice, Forbes, HuffPost, The Advocate, Culture, and many other publications. He holds a Bachelor of Communication from Southern New Hampshire University.